La jubilación de Magnetto y el poder cívico vigente de la última dictadura. A los 70 años, Héctor Horacio Magnetto, el todopoderoso CEO del Grupo Clarín, inició los trámites para obtener una jubilación del Estado argentino.


A los 70 años, Héctor Horacio Magnetto, el todopoderoso CEO del Grupo Clarín, inició los trámites para obtener una jubilación del Estado argentino. Si todo transcurre por los carriles burocráticos habituales, Magnetto que, curiosamente, nació un 9 de julio (de 1944), pasará a integrar, en teoría, la clase pasiva en mayo de este año. De acuerdo con la ley general, el hombre que ha marcado a fuego buena parte de la historia reciente de la Argentina cobrará el haber máximo de $ 28 mil. De la misma forma que lo ha hecho durante buena parte de su lúgubre trayectoria, Magnetto inició el trámite jubilatorio en el mayor de los sigilos y utilizando un apoderado para no levantar polvareda. Por la connotación social que representa jubilarse, Magnetto prefiere que no trascienda que el hombre que controla en las sombras los hilos de las principales decisiones políticas de la oposición cobrará un haber como cualquier hijo de vecino pasivo.

La información se filtró a través de alguna de las pocas grietas que tiene en su riñón este hombre de hierro que ha transado con la Junta Militar que desangró al país e instauró a punta de fusiles el neoliberalismo. Magnetto seguirá conduciendo las acciones y los destinos del multimedios pero la noticia de su jubilación refleja el imponderable paso del tiempo. Advierte asimismo que ya es un hecho el declive de este hombre que ya en los años 90 recibió el primer mensaje de la divinidad cuando sufrió un cáncer de laringe que, tras una operación, lo dejó maltrecho. Lo paradójico es que, desde entonces, el director ejecutivo del principal grupo comunicacional y formador de opinión de la Argentina tiene un grave problema de dicción que le impide expresarse correctamente a pesar de haber sido sometido a un plan de reeducación. Con una salud endeble, robustecida sólo por esta titánica tarea que se ha propuesto derrocar por cualquier medio posible al kirchnerismo, Magnetto sueña con continuar con vida hasta tanto pueda entronar como presidente a un sujeto político que responda a los dictados de las clases poderosas.

Otro dato que refleja el estado siempre presente del pasado es que Magnetto comenzó a hacer aportes previsionales en el año 1977, fecha que coincide temporalmente con la denuncia de apropiación de Papel Prensa, uno de los hitos que hicieron grandes al Grupo Clarín y a su socio el diario La Nación. Magnetto está acusado por los propietarios originales de haber obtenido el control de Papel Prensa bajo amenaza y con el apoyo explícito de los militares.


"En el edificio del diario La Nación, (Héctor) Magnetto me amenazó a mí y a mi hija (María Sol Graiver). Me dijo que no había opción", precisó Lidia Papaleo, la viuda del empresario David Graiver en una entrevista que le concedió al matutino Página 12. Lidia fue más allá cuando sugirió que a su esposo lo asesinaron en "un accidente provocado" el 7 de agosto de 1977. Pero la historia no termina ahí. Lidia contó que vivía en México y retornó a la Argentina el 6 de septiembre de 1976. "A partir de ahí, recibimos amenazas personales y en grupo, telefónicas y personales, de todo tipo, donde nos decían que teníamos que vender Papel Prensa y que teníamos que vender las empresas a personas argentinas y que no fueran judías", recordó. A pesar de que el juez de la causa Julián Ercolini se niega a seguir recogiendo material y la mantiene congelada, lo cierto es que Papel Prensa quedó bajó el control de la dupla Clarín-La Nación y fue –y aún sigue siendo– el encargado de definir, a través de la distribución de la cuota de papel, cuáles son los niveles de libertad de expresión gráfica en la Argentina. 

En fragmentos de su libro El poder en las sombras el general Ramón J. A. Camps explica en detalles cómo la dictadura militar el despojó de todos los bienes a la familia Graiver y cómo la Junta Militar le entregó su control de Papel Prensa a Clarín y La Nación. Sin embargo, el juego de las casualidades contradicciones de la realidad que, en definitiva, son un reflejo de la importancia que tiene aclarar y juzgar los hechos de lesa humanidad de la fresca historia. El Grupo Clarín de Magnetto también está acusado de haberse aprovechado mediante maniobras de compra-venta de acciones de los fondos jubilatorios que los trabajadores activos depositaban de forma obligatoria en las desaparecidas Administradoras de Fondos de Jubilación y Pensión (AFJP). El fiscal Miguel Ángel Osorio investiga una causa que aparentemente involucra a  los del Grupo Clarín, Ernestina Herrera, Héctor Magnetto, José Aranda y Lucio Pagliaro, por la transferencia a una entidad financiera de Bahamas de más de U$S 3 millones en octubre de 2008. De acuerdo con esta causa, la transferencia se hizo al día siguiente de que el multimedios fuera denunciado por maniobras ilícitas en una operatoria a través de la cual acciones de Clarín que cotizaban en la Bolsa fueron adquiridas por las ex AFJP. Los papeles salieron al mercado con un valor de $ 35 y luego se derrumbaron a $ 9, la diferencia de precios (las pérdidas) corrieron por cuenta de los aportantes al sistema previsional. Esta causa también duerme el sueño de los justos. Ahora bien, casi todos los pasos de Magnetto que han permitido transformar a Clarín en una verdadera estructura de poder paralelo están signadas por las dudas y la fragilidad legal. 

El ex delegado del personal de Canal 13, José Carbonelli, también denunció penalmente "por asociación ilícita y por encubrimiento al delito por terrorismo de Estado" a los dueños del Grupo Clarín en la era de Carlos Menem por la apropiación irregular del Canal 13 y por la violación del pliego licitatorio. El rol de Magnetto y sus socios en la última dictadura pone en evidencia el carácter cívico-militar de un régimen que muchos (incluso quien escribe estas líneas) siempre minimizaron o relativizaron: la importancia de las empresas, medios de comunicación y de muchos otros que no portaban gorras ni fierros pero que fueron los verdaderos organizadores/beneficiarios del período comprendido entre 1976 y 1983. Sin embargo, más allá de todos los actos de pillaje que puede haber cometido el Grupo Clarín, el mayor de los delitos quizas es haber  intervenido durante años con todo su aparato político-publicitario para perforar la conciencia de millones de argentinos con el único objeto de garantizarse la continuidad del modelo neoliberal en el tiempo. El rol preponderante que mantiene un Héctor Magnetto, pronto a jubilarse, en el diseño del armado de la estrategia presidencial de la oposición es un claro reflejo de que el país sólo habrá superado el flagelo de la dictadura cuando logre colocar en el banquillo de los acusados y juzgue a aquellos civiles que fueron los verdaderos responsables del saqueo político, económico-social, cultural y del robo de conciencias de los argentinos.


Por: Mariano Beristain - Tiempo.infonews.com
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